"El alma y el espíritu" son como "la coyuntura de hueso y el tuétano de hueso." "El alma" es esa dimensión invisible del nuestra vida que somos de naturaleza. "El espíritu" es lo que somos por renacimiento sobrenatural. Jesus dijo, " Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es" (Juan 3:6). Sin el iluminador, creativo, regenerativo trabajo del Espíritu de Dios en nosotros, somos simplemente "naturales" más que "espirituales" (1 Corintios 2:14-15). Así que "el espíritu" es esa dimensión invisible de nuestra vida que somos por el trabajo regenerativo del Espíritu.
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Prácticamente hablando, cuando leemos u oímos "la palabra de Dios," nos sentimos penetrados. El efecto de esta penetración es revelar si hay espíritu o no. Hay tuétano/medula y vida en tus huesos? O somos solamente un "esqueleto" sin tuétano vivo? Hay "espíritu" o sólo "alma"? La palabra de Dios penetra lo suficientemente profundo para mostrarnos la verdad de nuestros pensamientos y motivos y de nosotros mismos.
Cada uno de nosotros tiene una imagen en su interior de quiénes somos y de lo que podemos hacer. Desafortunadamente, la vida y el diablo han hecho un buen trabajo al quitarnos las esperanzas y los sueños. No sólo sufrimos nosotros cuando esto sucede, sino también los demás. Cada uno de nosotros tiene cosas asignadas por Dios en nosotros que están destinadas para otros. Si no alcanzamos todo nuestro potencial, entonces esas personas no recibirán sus milagros.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios (2 Corintios 1:3-4).
Cómo podemos decir que nosotros somos omnipresentes? Podemos estar en muchos lugares a la vez? Y no, no puedes desde tu cuerpo físico, pero sí puedes desde tu cuerpo mental. Si te pido ahora que cierres tus ojos, respires profundamente, y te imagines en esa playa a la que alguna vez fuiste, y te cautivó. Siente los olores, el viento sobre tu piel, tus pies clavándose en la arena te das cuenta? Tu cuerpo físico no estuvo ahí, pero tu cuerpo mental sí.
Por qué podemos ser omnipotentes nosotros también? Porque tenemos una gran capacidad creadora, de la cual no somos tan consientes todavía, aunque cada vez se empieza a hablar más del tema. Y en ese poder creador entra en juego nuestro cuerpo emocional. Creamos la realidad de nuestra vida de acuerdo a cómo nos sentimos, a cómo vibramos y en ese bailoteo de vibraciones, atraemos personas, cosas y circunstancias que se corresponden a nuestra vibración.
Suena bastante desalentador, pero Isaías no lo creía así. Sabía que si la gente se volvía a Dios, Él podría moldearlos y formarlos para que se convirtieran en lo que Él quería que fueran... como arcilla. Isaías le dijo a Dios, "Oh Señor, tú eres nuestro Padre. Nosotros somos la arcilla, y tú eres el alfarero. Somos formados por tu mano. Por favor no te enojes tanto con nosotros, míranos y ve que somos tu pueblo". Isaías sabía que aunque los corazones del pueblo de Dios se habían endurecido, Dios todavía podía moldearlos para que fueran lo que Él quería que fueran. (Pídale a los niños que moldeen su arcilla en forma de corazón).
Cristian Sánchez COMENTARIOS SOBRE FILMES COMENTARIOS SOBRE FILMES CRISTIAN SANCHEZ EL PROCESO (Le procès, Orson Welles, 1962) Para nadie es un misterio que el abigarramiento, la espesura y el engrasamiento del lenguaje, es a los ojos de todo puritano, un exceso, una perversión. Charles Fourier, el utopista, proponía no distinguir entre normalidad y perversión sino entre tipos de manías. En su Falansterio toda inclinación o manía tendría derecho a ser realizada. Si el pensamiento visionario de Fourier, escandaliza todavía hoy a los moralistas de cualquier credo, es por su imperioso llamado a la pasión, Para su pensamiento, la finalidad verdadera de la vida social es la pasión amorosa y no el trabajo, como parece haberlo olvidado nuestra civilización. Si para ella, el trabajo es el bien supremo, es porque la sociedad entera reposa sobre la acumulación de bienes, sobre el beneficio del capital. El sicoanalista Norman 0. Brown, ha demostrado la estrecha concomitancia existente, entre la retención del excremento y la acumulación de dinero, en el sentimiento avaro y puritano de la vida. Recordemos también que entre las traducciones simbólicas, el oro es la metáfora del excremento. Sin embargo, para el capitalismo moderno el oro se ha convertido en un puro fundamento. Su representación en el mercado corre a cargo de un signo: el dinero. El papel moneda es el último eslabón de esta cadena de conversiones que desemboca en la abstracción. Desmaterializado, desrealizado, el oro sigue fijando el valor de las cosas, pero a través ahora de un representante: el sistema monetario. Operación de ocultación, de limpieza dirigida a negar el origen excremencial del oro. Triunfo del puritanismo. En la asepsia, la limpieza y el confort el pragmatismo puritano animado de un espíritu de desinfección, borra las huellas de su origen innoble. Correlativamente el valor de un objeto también sufre una serie de transformaciones decisivas. Originalmente (teóricamente), un objeto valía por el esmero, por la delicadeza y por el carácter único de su elaboración. Posteriormente su valor reside en su uso, hasta finalmente transformarse en valor de cambio. Reducción O 2006-2007 NUEVO TEXTO CRITICO Vol. XIX-XX No. 37-40 112______________________________________________CRISTIAN SANCHEZ del sentido, jibarización de las significaciones. Las personas y los objetos no son otra cosa que lo que valen. Su valor lo decide el mercado. En su cosmicidad la mercancía circula sujeta a un capricho: el precio. Alguien algún dios? fija nuestro precio. Valorados por otros, nuestra vida nos es arrebatada. La neurosis asoma, somos los que no somos. Es más, deseamos ser lo que no somos. El mercado ha hecho carne en nosotros. A tientas en el mar del trabajo, queremos llegar al final de nuestra vida al triunfo, es decir, al más alto precio que el mercado fija. Nuestras "sociedades modernas", dominadas por el fantasma del progreso y la industrialización, exigen cada vez más el sacrificio de cualquier otra actividad humana que no sea el trabajo. Se desvaloriza toda actividad humana considerada inútil. Pero la sospecha de inutilidad recae sobre cuatro actividades fundamentales: el juego, la cocina, el arte y la pasión amorosa. Para cada una de ellas la sociedad inventa formas de neutralización y de anulación, Se elimina del juego su parte de placer y violencia. Ya reglamentado en exceso el juego se transforma en deporte. La industria del alimento suprime los placeres de la mesa, se come sólo para alimentarse . Y como además el acto de comer ocupa demasiado tiempo, se inventan alegres ghettos de colores chillones y texturas plásticas, donde se garantiza la ingestión rápida. No se come para vivir, sino para reponer energías. A su vez la actividad artística es manipulada por la industria de la conciencia. Al amor se le oponen formas de pemisibilidad sexual que se emparentan a la prostitución. Una prostitución controlada. A su vez la permisibilidad nutre y es nutrida por una nueva industria: la pornografía. Válvula de escape del pensamiento... 2ff7e9595c
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